La violencia en contra la mujer data de miles de años desde el antiguo testamento hasta nuestra época, el género femenino ha luchado para lograr el lugar que le corresponde dentro de la iglesia pero todavía nos falta mucho…vamos a lograrlo.
De una manera directa e indirecta la mujer ha sido maltratada, ignorada, discriminada en la iglesia, que ironía saber que donde hay una profesión de fe, sus miembros activen esa violencia contra nuestro género.
Hace mucho tiempo conocí a una mujer, "Diana" quien vivió un romance de 10 años con un miembro de la iglesia católica, ese hombre gozaba de un gran cargo en su comunidad, pues era sacerdote y por mucho tiempo le prometía a "Diana" que iba a estar con ella. El no le permitió que ella tuviera otra oportunidad en el amor y un día cualquiera "Diana" quedo embarazada.
Él cuando se entero pidió que lo trasladaran dejando a esta mujer a la deriva quien por desgracia perdió a la criatura y no tuvo a nadie que la apoyara pues debía callar por amor a este hombre para que no tuviera problemas en su comunidad.
Un día la conocí y no sé porque me contó su historia ya estaba más aliviada pues me afirma que perdió mucho tiempo a la sombra de un amor y que ella como mujer tenía derecho a que la amaran con respeto y no como un pecado y que el duelo para ella fue muy difícil pero que con fortaleza y oración salió adelante ya que se sintió traicionada y abandonada en silencio, que es lo más doloroso.
Hace un tiempo la volví a ver, estaba radiante, me conto que había conocido un buen hombre y estaba en planes de casarse me alegre mucho por ella porque encontró a un hombre que finalmente la valoro como mujer, esposa y futura madre.
El nombre de "Diana" ha sido cambiado para proteger la identidad real del testimonio.
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